Hay días en los que el cuerpo me pide empezarlo con algo dulce. Y ¿quién soy yo para llevarle la contraria? Para consentirlo de forma saludable he preparado unas tortitas de gofio, que se ha convertido en una de mis recetas favoritas de desayunos y meriendas saludables.
Esta receta se ha ido al top 10 de mis recetas saludables y fáciles. Además, el ingrediente estrella es el gofio, uno de los alimentos más típicos en las cocinas canarias, muy querido por sus bondades nutricionales y por su intenso y característico sabor.
He utilizado gofio de millo, es decir, de maíz, así que mis tortitas de gofio esta vez además son sin gluten y con el sabor tan particular que tiene esta variedad.
Te doy también mis trucos para hacer unas tortitas de gofio muy esponjosas, para que queden muy vistosas al presentarlas y también para ensuciar lo mínimo posible al cocinar.
Cómo conseguir unas tortitas de gofio esponjosas
La clave para conseguir unas tortitas realmente esponjosas es añadir a la batidora primero el huevo y la clara y batirlo bien, que queden bien aireados.
A continuación podrás añadir el resto de ingredientes.
Otro truco rápido y útil que utilizo a veces es cambiar la batidora por el shaker o bote en el que te tomas tu batido de proteína en polvo. De esta forma ensucias menos utensilios, aunque con este cambio, la mezcla puede quedar un poco menos esponjosa que si la bates en la batidora, pero igualmente deliciosa.
Cómo hacer que las tortitas queden más vistosas
Si usas una sartén pequeña saldrán más cantidad de tortitas y todas de igual tamaño.
Con este simple cambio, aparte de hacer unas tortitas de gofio estéticamente iguales y bonitas, tendrás la sensación de estar comiendo más cantidad porque tu torre de tortitas será más alta y saciarás tu cerebro antes que tu estómago. Tardarás un poco más en hacerlas porque se harán de una en una pero el resultado visual será más saciante y estético.
Qué es el gofio
El gofio es un alimento muy consumido en las Islas Canarias, originariamente por sus primeros habitantes, formado por harina tostada, en general de trigo o de millo (maíz) con apariencia similar a la harina blanca pero de color más oscuro o amarillento.
La forma habitual de comerlo es con leche, en platos salados como potajes, caldos, purés y también en platos dulces y postres. Es una mezcla de granos tostados y molidos a la piedra, a la que se le añade una pizca de sal.
Desde un punto de vista nutricional, se trata de un alimento muy rico en vitaminas (principalmente vitaminas del grupo B, como la B1, B2 y B2, además de vitamina C, A y D) y también en minerales (como el hierro, calcio, magnesio, potasio, sodio y zinc). Aporta ácidos grasos omega 6 poli insaturados y aminoácidos y fibra.
Por su alto contenido en sodio y potasio no resulta adecuado en pacientes con problemas en los riñones. Es un alimento muy beneficioso para prevenir estreñimiento, control del colesterol y triglicéridos, adecuado para diabéticos, nutritivo y bajo en grasas.
Con todos estos beneficios, ¿quién se resiste a incorporarlo en la mayoría de sus platos? Además siempre hay que intentar consumir productos naturales de tu zona, obteniendo el máximo de nutrientes y apoyando los productos y comercios locales.