Venecia es de esas ciudades a las que siempre deseas ir. Nosotros, por fin, pudimos tacharla de nuestra lista de cosas que hacer antes de morir. Cuando preparamos nuestros viajes, además de leer la correspondiente guía Lonely Planet del destino y visitar varios blogs de referencia para saber qué ver y a dónde ir, nos empapamos de su oferta gastronómica, de sus bares, restaurantes y cafeterías más típicas. Nos guiamos también por las clasificaciones de TripAdvisor (siempre buscando primero los comentarios en el idioma local, el de la gente de allí), pero en esta ocasión, además, tuvimos un entrenamiento adicional: la serie de Netflix “Comida para Phil” (Somebody feed Phil). Armados de esta información enfrentamos la aventura de comer en Venecia sin parecer un turista despistado más, y este fue el resultado.
Comer en venecia: empieza la ruta
En nuestro primer paseo por la ciudad tocó comer pizza. Nos decidimos por Antico Forno, una pequeña y coqueta pizzería tradicional que quedaba cerca del alojamiento. En lo que estuvimos allí no pararon de pasar locales (todos se saludaban) para llevarse sus porciones. Nosotros elegimos varias con una masa muy delgadita, yo una copa de vino y él una cerveza artesanal. Mientras devorábamos las porciones y bebíamos nuestras bebidas, otras parejas comían alrededor nuestro mientras sonaban clásicos del pop italiano de los 50 y los 60. Los empleados, jóvenes y guapos, canturreaban entre ellos los temas mientras conversaban animadamente. Una escena muy especial, así que ya nada podía irnos mal. De hecho, es de los mejores recuerdos que me llevo de la ciudad. Cerré los ojos un momento queriendo guardarme esa sensación con el fin de llevarla conmigo para siempre. Pocas formas mejores de empezar a comer en Venecia.


Vacaciones en venecia es desayunar vino y tapas
Al día siguiente, siguiendo las recomendaciones de Phil, fuimos a desayunar ciccetis, que son las tapas más comunes venecianas. Elegimos A’ll Arco, un local también pequeñito, familiar y con mucha variedad de estas tapas. Para acompañar, una copa de vino y un Aperol Spritz, que es uno de los aperitivos más típicos de Venecia. Es una bebida anaranjada con prosecco, Aperol y agua de soda, algo así como un Martini. El hecho de desayunar con una copa de vino y una tapa es sinónimo de vacaciones. No hay relojes ni protocolo. Aquí nos dimos cuenta de que no éramos los únicos en seguir las recomendaciones de la serie de Netflix. Varias parejas americanas nos comentaron, en el ratito que estuvimos, que los habían descubierto así. Sin duda, nos pareció una fantástica opción para comer en Venecia.

Nuestra siguiente parada fue en uno de sus lugares más emblemáticos y se encuentra en una callejuela escondida. Solo tiene 8 mesas, pero sus raciones son gigantes. La Bracciola A’ll Arturo lleva abierta más de 40 años y sus paredes las llenan las fotos de los famosos que han pasado por allí. 40 años remando contracorriente, sirviendo carne en una ciudad de pescado y marisco. Pedimos la milanesa de cerdo con hueso, frita en manteca y con un toque final de vinagre, una de las especialidades junto a verduras típicas de Venecia, a destacar los corazones de unas enormes alcachofas. Casi no pudimos acabarlo entre los dos. Eso sí, prepara la cartera porque la cuenta no bajará de 100 euros, pero merece la pena pasar por aquí si quieres decir que sabes comer en Venecia lejos del circuito turístico.

Mi truco para no ganar peso en los viajes
Últimamente en mis viajes estoy siguiendo el protocolo de comer durante el día y tras el almuerzo hacer ayuno intermitente hasta el día siguiente. Me salto la cena y le doy a mi cuerpo un respiro después de tanta variedad y cantidad de comidas. Me sirve para no regresar de las vacaciones con 5kg extra y evitar sentirme pesada por tanta comida a todas horas. Y claro, también te ahorras un dinerillo. Si no sabes en qué consiste el ayuno intermitente o quieres saber cómo aplicarlo, pulsa sobre este enlace a un artículo que escribí hace poco en el que te lo explico todo. Verás que es un fantástico método para controlar tu peso sin dejar comer en Venecia o en cualquier otra ciudad.
Café en la Plaza de San Marcos
Tampoco quisimos perder la oportunidad de tomarnos un capuchino en la Plaza de San Marcos. Mientras permanecíamos allí sentados, nos entreteníamos viendo a cientos de personas sacarse selfies con todo tipo de vestuarios. cargados de cajas de maquillaje y vestidos. Un auténtico boom instagramer. Eso sí, fue uno de los cafés más caros que he pagado en mi vida, pero la experiencia mereció la pena vivirla.

Comer en venecia de visita en las islas
Otro de los días de nuestro viaje a Venecia nos escapamos a la isla de Burano, para mi gusto la más pintoresca. Muy manejable y surcada de callejas y canales, casas coloridas y puestos de venta de encajes típicos de la zona. Allí nos sentamos en una terraza a disfrutar de unos churros de pescado y patatas fritas al estilo veneciano con un Aperol Spritz. Por fin pudimos disfrutar de un día de tranquilidad sin chocar continuamente con turistas en su frenético ir y venir. Porque si quieres comer en Venecia sus platos más tradicionales tendrás que probar en algún momento el pescado y el marisco. Si vas, comprobarás que no exageraba cuando te he dicho que es difícil encontrar dónde comer buena carne sin que tu cuenta se dispare.

Y más o menos se puede resumir así mi experiencia sobre qué comer en Venecia. Nunca faltaron cafés, helados, paseos, risas y mucho, mucho romanticismo. De hecho, otro de esos momentos que con más cariño recuerdo fue en el Café Brasiliia Está ubicado cerca de la plaza de San Marcos pero escondido de las hordas de turistas, en el que encontramos sitio libre en su terraza y pudimos tomar café, mientras los venecianos de a pie iban y venían por las calles a nuestro alrededor.
Venecia es un lugar precioso y especial, pero la masificación de turistas la ha convertido casi en un parque temático. Así que si lo que quieres es llevarte buenos recuerdos y alguna de las fotos más icónicas sin morir en el intento tendrás que alejarte de los lugares comunes y estos visitarlos a horas intempestivas de la mañana. Solo así te impregnarás de la verdadera esencia de la ciudad y esa atmósfera que la hacen única.