La noche del pasado 19 de mayo de 2018 fue mágica y especial para mí por varios motivos. El primero, porque me estrené en el mundo del running con mi primera carrera ‘oficial’. Lo hice tras mi inscripción en la Binter NightRun, aquí en Tenerife, en la distancia de 5K. El segundo, porque me estrené también como ‘Guerrera’, ya que fue la primera carrera que completé como parte de mi C.D. Guerreras Canarias. Un club de mujeres luchadoras, corredoras y al que tengo el orgullo de pertenecer desde hace unos meses.
El running me ha parecido siempre un hábito deseable, pero algo así como inalcanzable. No sé bien el motivo, pero por mucho deporte que haya hecho y por muy en forma que haya llegado a estar, nunca fui capaz de correr más de 5 minutos seguidos. Por eso, empujada por la euforia de haberme superado a mí misma, voy a contarte con detalle no solo cómo ha sido para mí la experiencia de correr la prueba, sino de cómo acabé en este lío y cómo fue el proceso de preparación hasta lograr este reto personal.
Inscripción en la Binter NightRun: Momentos antes de la carrera
Nada más levantarme preparé todo encima de la cama, no quería que se me olvidara nada con las prisas de última hora. Desde temprano estaba con el “gusanillo”, esos nervios que, aunque quise negarlos con eso de “total, si solo son 5 kilómetros”, estaban ahí. Cada vez que me asomaba desde el ventanal de casa y veía el ambiente en el centro de la ciudad, otra vez ese cosquilleo. A las siete de la tarde ya no aguantaba más, y me vestí para ir en busca de algunas de mis guerreras que ya se encontraban por la zona. De verdad que son especiales. A muchas no las conocía aún fuera del grupo de WhatsApp, pero en cuanto topé con ellas, rápidamente se volcaron en darme ánimos y tratar de que soltara los nervios y olvidara mis molestias físicas -este cuento de los dolores viene más adelante-.
Llegaban los animados corredores. Muchas caras conocidas, y todas de ilusión. La atronadora música animando, carreras hacia los guardarropas y ejercicios de calentamiento en los aledaños a la salida. Casi sin darme cuenta llegó el momento. Fuimos hacia el cajón 3 -el 1 y el 2 son para ‘los/as máquinas’ que no corren, vuelan- ya que, aunque la mayoría de Guerreras podrían estar en esos cajones prefirieron quedarse con nosotras, las nuevas, para apoyarnos y animarnos durante el recorrido. Y es que, me repito, son lo mejor. Y yo allí, dispuesta a hacer el honor a mi inscripción en la Binter NightRun.
SUDANDO DURANTE MI PRIMERA BINTER NIGHTRUN
Por fin la salida. Unas 2700 personas, que se dice pronto. Todos y todas con una gran sonrisa, grupos de amigos, compañeros y familias que aprovechan la ocasión para también estrenarse, para mejorar sus marcas o para pasar una noche de sábado diferente. Poco a poco el cuerpo va entrando en calor. Las calles están abarrotadas de amigos, familiares y curiosos que no paran de animarte.
Recuerdo el momento en que llegué al puente Serrador, un subidón. Algunas de las ‘Guerreras’ que no participaban esta vez se habían acercado a darnos su apoyo. Una maravillosa batucada ponía la piel de gallina. Y así, llego hasta a la Plaza del Chicharro dónde me encuentro a otro montón de gente y suena otra batucada. Bajo la antigua Calle San José y giro para entrar en La Marina. De ahí, dirección a la Avenida de Anaga, donde varios escenarios ambientan el paso y se agradece. No llevo mis auriculares, que siempre me acompañan mientras entreno, y los echo en falta durante algunos tramos. Entro al túnel que pasa bajo la Plaza de España y en esa cuesta arriba final, que desemboca en el edificio de Hacienda, ya me falta el aire y las pulsaciones las tengo a tope. Pero no me puedo parar, ya queda muy poco.
Así fue mi Inscripción en la Binter NightRun
Llegado a este punto de la carrera y antes de contarte como la concluí y lo que sentí al cruzar la meta, me gustaría confesarte que, para mí, el reto no fue solo ese día 19 de mayo. Empezó dos meses antes, cuando decidí llevar a cabo la inscripción en la Binter NightRun. Todavía recuerdo ese día en el que, así como tontamente, mi amiga Carmen me dijo: “hay un club de chicas que corren y van a hacer una charla de iniciación el próximo domingo en Tegueste. Vamos, a ver si aprendemos a correr bien”.
Y allá que fuimos. Lo que encontramos nos sorprendió enormemente. Un ambiente muy chulo, muy sano, de esos en los que apetece estar. Recibimos una charla sobre cómo calentar, técnicas de respiración y carrera. Luego salimos a hacer unos kilómetros practicando en el precioso entorno del municipio de Tegueste. Recuerdo que me sentí genial, aunque acabara con un poco de molestias en mi tobillo derecho. Y es que justo el día anterior me lo había torcido tontamente en una fiesta de cumpleaños. Entonces no le di mucha importancia porque no se me llegó a hinchar. Con las semanas acabé descubriendo que había sido un esguince.
Nos gustó tanto que nos registramos en el Club de las Guerreras Canarias. Días después, completábamos la inscripción en la Binter NightRun en modalidad de 5K.
Tenía un objetivo y un grupo de personas con la energía adecuada, que me motivaban a alcanzarlo. Solo faltaba entrenar.
EL PROCESO HASTA CORRER LA BINTER NIGHTRUN
Como siempre hago desde hace ya años, monitorizo mis entrenamientos tanto en el gimnasio como al aire libre con mi pulsera de actividad con pulsómetro de Polar. Pero esta vez fui un paso más allá. Tiré de la App de la marca alemana configurando mis objetivos de entrenamientos y carreras, resultando ser todo un acierto. Ha sido una fantástica guía, y bastante pelma como recordatorio constante de que tocaba entrenar esto o aquello.
El tobillo siguió dando guerra algunas semanas. Aparecieron dolencias en la cadera del lado opuesto -seguro que por la descompensación en la pisada-. Así que preferí dedicarme a la recuperación. Bajé el ritmo de los entrenamientos de carrera y trabajé fuerza en el gimnasio y en casa con un electro-estimulador Compex. Completé bastantes sesiones de yoga para mejorar la elasticidad de toda la musculatura, con vídeos en YouTube de Elena Malova. Finalmente, algunas sesiones de fisioterapia con Luis en Deporgest, que también me ayudaron muchísimo; absolutamente recomendables.
Mi mayor preocupación era que el esguince fuera a peor y me impidiera correr. Sin embargo, comprobé en los entrenamientos que para los 5K me mantenía por debajo de los 40 minutos. Y genial, porque ese es estipulado por la organización para darte como finalizadora de la prueba. Preferí por tanto mantener ese ritmo en los entrenamientos para así poder llegar sin dolor y disfrutarla al máximo. Y no dudes de que lo hice. Ha sido una experiencia inolvidable y que pienso repetir muy pronto.
OBJETIVO CONSEGUIDO: FINALIZAR MI PRIMERA BINTER NIGHTRUN
¿Dónde me había quedado? Ah sí, saliendo del túnel a la altura del edificio de Hacienda. Entonces, giro en la rotonda del edificio de Hacienda y ya sí que sí, empiezo a escuchar al speaker. Suena fuerte la música en la recta final y distingo al fondo las luces de meta. Esprinto y echo el resto. Miro el tiempo y sí, he hecho mi mejor tiempo y ganado mi medalla de finisher. Solo me había marcado el objetivo de completar la carrera, así que doblemente feliz.
Sonrisas eufóricas entre los participantes, y también las de aquellos que felicitan a los que seguían entrando en meta. Vuelvo a verme con mis ‘Guerreras’ y nos fundimos en un abrazo.
Contándote mi experiencia quiero demostrarte que con motivación y la energía correcta puedes conseguir los objetivos que te propongas. Yo, ya estoy pensando en cuál va a ser mi próxima prueba. Y es que si todos los aficionados al running dicen eso de “cuidado, que esto engancha” por algo será, ¿no?
Y tú, ¿cuál va a ser el próximo objetivo que te propongas?
FICHA TÉCNICA PRUEBA 5K
* Mejor tiempo: 15’ 40” (eso no debe ser correr, sino volar)
* Mejor tiempo femenino: 18’ 45” (no fue una guerrera, más bien una libre)
* Mi tiempo de entrada meta: 34′ 27” (con el tiempo desde el pistoletazo hasta pasar por la salida)
* Mi tiempo real: 32′ 28” (mejor tiempo que cualquier de mis entrenamientos por el mismo circuito)