Nos deja el 2019 y es momento de hacer balance. De resetear el contador y preparar, otra vez, la lista de propósitos de Año Nuevo, en la que seguro hay alguno de este año que pasa que no has cumplido.
Y cómo sé que no hay nada mejor que gozar de buena salud y sentirse bien con uno mismo, en tu lista de propósitos de Año Nuevo no pueden faltar los relacionados con la alimentación que te ayuden a encontrarte mejor.
Te voy a proponer cuatro, fáciles de cumplir y de mantener en el tiempo para que no caigan en saco roto y que llegadas de nuevo estas fechas puedas darte el gusto de tachar más cosas de tu lista.
Pásate a los alimentos integrales
El consumo habitual de alimentos integrales -los de color marrón,- en lugar de sus versiones blancas y refinadas se asocia con una mejor salud. Tienen más fibra y son más saciantes, por lo que reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y te ayudarán a bajar de peso o controlarlo.
En lugar del plato de pasta blanca con salchichas y tomate frito, prueba con la pasta integral salteada con salmón y verduras de temporada. Tardarás lo mismo en prepararlo y saldrán ganando tu salud y tu paladar.
Deja de lado los refrescos como propósito de Año Nuevo
Sustituye las bebidas azucaradas y con gas por otras como las infusiones o el agua, saborizada con frutas o con jengibre. Si eres de burbujas elige el agua con gas. Las bebidas azucaradas en grandes cantidades pueden provocar sobrepeso, aumentan el riesgo de caries, diabetes y problemas cardiovasculares.
Engánchate a los frutos secos
¿Y si cambias tus hipercalóricos desayunos de media mañana y meriendas por los frutos secos? Son más saludables y nutritivos. Este es un fantástico propósito de Año Nuevo facilísimo de cumplir.
Son cómodos de llevar y comer en cualquier lugar. Ten en cuenta que la porción recomendada es la que te cabe en el cuenco de la mano. Elígelos al natural o tostados, mejor que fritos o con sal. Los garrapiñados o con azúcar añadido ni mirarlos.
Suma frutas y verduras
Sus vitaminas y minerales las convierten en imprescindibles para comer a diario en tus comidas. Lo habitual es añadirlas a los almuerzos y cenas, pero si eres de desayunos dulces añade fruta fresca a tu yogur y si eres de paladar salado prueba con champiñones, tomate, cebolla o calabacín en tus huevos revueltos o tortillas.