¿Alguna vez han escuchado a una madre o a un padre decir desesperado: “¡Cómete toda la ensalada!” o “¡Tienes que comer legumbres!”? ¿A que sí? Claro que sí. Todos sabemos que es tarea complicada conseguir que los más pequeños de la casa coman diariamente verduras, legumbres y frutas. Y muchos de los estudios que se realizan sobre esta materia señalan que la mayoría de niños y adolescentes no comen la cantidad diaria recomendada de estos alimentos tan beneficiosos para la salud, llenos de nutrientes y vitaminas.
Que la comida te entre por los ojos
Si bien los valores nutricionales son primordiales a la hora de escoger la alimentación de nuestros pequeños, para este grupo de alimentos será en gran medida su apariencia, el que se vean atractivos a sus ojos, lo que jugará un rol importantísimo para que logremos que los coman ¡Que la comida entre por los ojos!
En definitiva, para que nuestros hijos poco a poco cambien el chip respecto a estos alimentos y que incluso puedan disfrutar de ellos, sin tener que obligarlos; los padres y madres se enfrentan a otro nuevo reto: presentarlos de forma divertida, vistosa y colorida, y que refuercen el atractivo del plato.
Y aunque sé de muchas madres y padres sumamente hábiles incorporando frutas, verduras y legumbres a la comida de sus niños mediante decoraciones divertidas, también hay días en que no disponen del tiempo ni de la creatividad necesaria para hacer cada vez esa presentación vistosa y atractiva. Pues como siempre traigo buenas noticias, y les digo que para superar este difícil reto disponemos de otras fantásticas alternativas como ¡disfrazarlos de platos dulces, llenos de calorías y apetecibles! Les aseguro que no fallarán. Un buen trozo de pastel siempre es un pastel y nadie, nadie, escapa a esa dulce tentación.
En esta ocasión he optado por compartirles una receta que sin duda les ayudará no sólo a lograr que nuestros niños y niñas coman legumbres en cantidad, con ganas y sin darse cuenta; sino que además nos servirá a nosotros los no tan jóvenes a darnos ese capricho de vez en cuando, de forma saludable, eliminando azúcares, harinas refinadas y sobre todo el horrible remordimiento. Señoras y señores les presento a: ¡El brownie de garbanzos!
Ingredientes del brownie de garbanzos
— 1 + ½ taza (tamaño café) de garbanzos cocidos
— 2 huevos + 1 clara
— 1 cucharada de linaza molida
— 2 cucharadas de aceite de coco
— 3 cucharadas de azúcar morena
— ½ tableta de chocolate negro sin azúcar
— 3 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
— ½ cucharadita de polvo de hornear
— 1 cucharadita de esencia de vainilla
— 3 cucharadas de leche de almendras (o la de su gusto)
— Pizca de sal marina
— ¼ de taza (tamaño café) de nueces picadas
— ¼ de taza (tamaño café) de chispas de chocolate sin azúcar
Nuestro brownie de garbanzo, ahora a la cocina
Arrancamos derritiendo la ½ tableta de chocolate negro sin azúcar en el microondas o al baño maría. Para el microondas, que es como hago yo siempre por comodidad, partimos la tableta en pedazos más pequeños y los colocamos dentro de un bol de cristal o cerámica. Lo metemos al microondas un minuto, lo sacamos y comprobamos si está derretido. Si no, de nuevo al microondas otro medio minuto y repetimos el proceso hasta que comprobemos que el chocolate está completamente líquido.
Ahora licuamos en la batidora todos los ingredientes, menos las nueces y las chispas de chocolate, hasta obtener una masa uniforme. Vertimos la masa desde la licuadora a un bol y le añadimos las nueces y las chispas de chocolate. Mezclamos bien con la ayuda de una paleta.
Llevamos la masa de nuestro brownie de garbanzo, desde el bol hasta un molde para horno o molde de silicona (si no es de silicona lo habremos engrasado ligeramente con aceite de oliva virgen extra o de coco previamente), y horneamos a temperatura media (390 – 420ºF) durante 30 minutos, aunque lo mejor es chequear constantemente ya que cada horno es diferente, hasta que al meter un cuchillo o un palito en el mismo brownie en cocción, este salga seco.
Sacamos nuestro brownie de garbanzos del horno, lo dejamos enfriar y ¡listo!
Para presentarlo podemos desmoldarlo, cortarlo en porciones y por ejemplo acompañar en un plato cada porción con una bola de helado sin azúcar, de vainilla o del sabor de preferencia. También puede cubrirse de mantequilla de nueces o de sirope de chocolate sin azúcar.
A partir de ahora en esas reuniones y celebraciones con familiares y amigos en las que los pequeños solo quieren comer torta y pastel, ahora, van a comer legumbres, así que ¡reto superado!
Revista Vida Culinaria
Este artículo es de mi autoría y ha sido publicado en la edición número 16 de la revista Vida Culinaria, distribuida en la República de Panamá. Queda prohibida la reproducción parcial o total del material editorial publicado.